24 marzo 2006

Otra fobia

Esto de crecer te sorprende con una fobia cada mes. Ahora resulta que odio a las tías que fuman como putas. Y no es que tenga nada en contra de esas señoras, y que me perdonen las comparaciones. Me refiero a esas tías que fuman lanzando el humo alto y lejos. A esas que lo expulsan levantando la cabeza mientras cruzan las piernas.

No creo que fumar sea una cosa de la que sentirse orgulloso y podrían lanzarse el humo a su coño en lugar de contaminarnos el ecosistema al resto.

Me parece que como personas terminan siendo demasiado huecas. Gastan los mejores años de su vida en depurar su técnica de fumadora consumada de cafetería. ¡Luego ya es demasiado tarde! Fuman como diosas, pero piensan como bobas.

Hoy me he contenido en aplastarle dialécticamente el cigarro en la boca a una estúpida de estas, pero no me puedo jurar que no lo haga mañana...

19 marzo 2006

Otra vez

Ayer hizo un día estupendo para no tener ningún remordimiento por quedarse encerrado en casa. Día gris y nublado, estupendo para verlo a través de una ventana. Un poco de internet, otro de lectura, algún película y mucho de jugar con la canija. Eso habría sido si no hubiese tenido que ir de boda.

Lo peor de las bodas, es precisamente eso, la boda.

Le agradecí el honor de invitarme a los novios odiándolos. Uno vestido de pingüino y la otra de pastel de nata estaban perfectos para... bueno lo dejo para que no piensen que soy demasiado cabrón.

Del odio a los novios pasé a odiar a todos los que llevaban traje y corbata. La culpa es de sus madres que los visten como pijos. Con el cura ni me molesté, ya lo traía odiado de antes. Lo mas reseñable de la ceremonia fue mi objeción a seguir el rollito de "ahora arriba, ahora abajo" y que la niña de las arras se fugó; seguramente también asqueada.

Hora de convite. Como me esto cansando, ya solo odio a los que van con traje y corbata y llevan el pelo con gomina. Por suerte en mi mesa no cae ninguno de esos.

Nos toca la camarera mas guasona de la fiesta. Tiene una cara de mala ostia que tira para atrás. Ninguno en la mesa nos atrevemos a pedirle nada no vaya a que nos derrame los platos o el café hirviendo encima. Luego ya mas entonados nos da por jugar a la ruleta rusa con ella. La idea es irle pidiendo una copa de uno en uno a ver quién se la carga. Me toca pedir el segundo, cuando me la trae me dice "a ver si te cayeras de cabeza dentro". Nadie se atreve a seguir jugando ¡son unos mierdecillas! Al final me hubiera gustado nominarla para camarera de la noche; mas que nada por compensar y porque siento debilidad por la gente rara.

En la mesa sale la conversación de la inmigración y el racismo. Una pijita harta de no comer por las putas dietas dice que no le importa que la llamen racista, que lo es. Parece que odia a partes iguales a los inmigrantes, a los que hacen el botellón, a las camareras raras, a su marido, ... La dejo ir, aunque durante un rato estoy tentado en preguntare si lo suyo con los inmigrantes es algo relacionado con el chaval lituano que se follaba mientras era novia de su marido. Prefiero no terminar de cagarla del todo y soy comprensivo con esta niña. Es una bomba de sensualidad. Lleva casada varios años y la sensualidad y el sexo le sale hasta por las orejas. Me parece que estallará dentro de poco. A ver por donde sale follando esta vez...

Ya no odio a casi nadie, solo a una tía que co-protagonizó conmigo varias obras de teatro. En una había que besarse en la boca. Yo le metí la lengua. Besarse así delante de tanta gente tenía su morbo. Ella no lo entendió así, desde entonces no me simpatiza por estrecha. Aunque puede que no colaborara porque en aquella época estaba pasando una etapa lesbiana, ¡vete tu a saber!

Me tuve que contener otra vez. Había una tía que no paraba de ir mesa por mesa diciendo que estaba en Inglaterra. La verdad es que es fea según los estándares andaluces, pero supongo que con el nivel que hay en Inglaterra habrá triunfado y se ha traído el pavo subido. Que lo disfrute mientras pueda, la caída será dolorosa.

Hay otra rubia que me tenía hasta los huevos. Lleva desde la Iglesia exhibiéndose. Ella se comió la ostia, hacía fotos, salía en todas las fotos, firmaba el libro, leyó la biblia, ... Todo por que viéramos los rubia y guapa que era. En el convite seguía con el mismo temita. Estoy a punto de vaciarle un vaso de cerveza encima para relajarle el ataque de vanidad. Al final no me da tiempo; ya tengo excusa para poderme largar de la puta boda: es la hora de recoger, bañar, cenar y acostar a mi canija. A la leche la boda...

No sé, a lo mejor no fue tan mal esto de ir de boda, después de todo tuvo su puntillo.

13 marzo 2006

Constatación Científica

Hoy es un gran paso para la humanidad, finalmente se ha comprobado que: "llevar relojes inmensos de mas de 3.000 €uros es una muestra inequívoca de la poca talla sexual de su portador".

Me refiero a esos relojes con brújula (para encontrarse la picha), horario internacional (para saber a que hora no te encontrarías la picha si estuvieses en Honk Kong) y flechas de oro. Todo enmarcado en titanio y plata. El típico peluco del "soy mas pijo que tú, y que tú y que tú..." que usan algunos como símbolo de estatus sosial (como diría el Maky Navaja).

El hombre, al contrario de la mayoría de las especies animales, está activo sexualmente día sí, día también. Como no siempre tiene uno a una parienta a la que satisfacer, irremediablemente estamos condenados al onanismo cotidiano. Además, nunca se sabe caundo le va a coger a uno el apretón sexofisiológico y va a tener que deshacerse de excedentes seminales. ¡Conclusión! los hombres necesitamos unas pajillas (como diría Torrente) diarias, estemos donde estemos (por lo menos hasta que los años y el puto estrés no nos joda la vida).

Para ese sano ejercicio lo peor que hay es un peluco que pesa mas de medio kilo y que para evitarte luxaciones de muñeca o heridas en el querido apéndice sexual hay que quitarse. Este quita y pon terminaría en la pérdida irremediable del reloj. Después del autoacto sexual es sabido por todos que se relajan muchas cosas en el cuerpo, entre ellas la mente. Resumiendo, ¡el reloj lo perdemos en menos de 10 pajillas!

Esto, finalmente, nos lleva a la siguiente conclusión: "Los que usan estos relojes inmensamente feos, son impotentes sexuales".

Aunque puede ser que solo disfruten de otra sexualidad distinta: la narcisosexualidad... ahora entiendo la cara de tonto que ponía mi jefe cada vez que me enseñaba el reloj que llevaba pagando a plazos hacía un año ¡El muy gilipollas se estaba corriendo!

Yo por suerte no caigo en estas perversiones. Solo he tenido un reloj en mi vida. Un suizo de plástico negro, compacto, preciso y precioso. Era sumergible y no te lo tenías que quitar ni para... bueno ya saben ;)

Al final se rompió y no me molesté en sustituirlo. No lo hecho de menos, y menos ahora que hay relojes en todos sitios: en el coche, en el vídeo, en la tele, en el móvil, en el ordenador, en ... ¡en demasiados sitios coño!

11 marzo 2006

Terapia de grupo

Hoy he estado en una terapia de grupo. Es lo que tiene estar casado con una pedagoga, ¡que estas cosas les pirran!

El tema era sobre la relajación en pareja, y he tenido que ir para evitar que cualquier cafre psicólogo le metiera mano a mi pedagoga. Cosas del amor ;)

El objetivo, evidentemente, era relajarse, pero yo tengo varios problemas para ello: la rebeldía, la asimetría y la imaginación.

La rebeldía me impide relajarme siguiendo las órdenes de nadie. Aunque esa alguien este buena y ponga voz de cinta de autoayuda. No suelo dejarme llevar fácilmente y a la media hora he terminado pasando de indicaciones y me he dedicado a improvisar y a pasar de la monitora.

La asimetría me impide relajarme en estados simétricos. Yo sospecho que tengo una costilla de más en el lado derecho y cuando estoy paralelo me duele ese lado. Mi estado de relajación pasa obligatoriamente por retorcidas y asimétricas posturas. Al final he terminado hasta los huevos de estar sentado con los pies separados y con las manos sobre los muslos, porque como mi caso no lo recogen los libros de los psicólogos, la monitora me miraba mal y por la vergüenza no me atrevía a cruzarme de píes.

La imaginación ha terminado de rematar la faena. La situación era sexualmente muy sugerente y necesariamente he terminado imaginando un orgía en grupo. Desde que esa idea me ha venido a la cabeza me he pasado el resto de la sesión preocupado por encontrar la forma de:

  • a) Ocultar al desnudarme que llevaba los calzoncillos roídos. ¡Joer cuando están así es cuando mas cómodos son! De echo creo que me he pasado parte de mi vida defendiendo calzoncillos ruinosos de mi madre y, ahora, de mi mujer. Porque parece que además de ser los más cómodos son los mejores para limpiar cristales y el polvo.
  • b) Apartar a las dos chicas que me gustaban y a mi mujer para una orgía particular. A la monitora la dejo para otra ocasión; le tengo reservada otra fantasía sexual mas freudiana.
  • c) Mantenerme alejado de una ex-novia que participaba en la terapia y a la que dejé hace media vida soltándole el rollete de "tú te mereces algo mejor, démonos el último beso...". El beso lo sigo esperando, pero todavía me acuerdo de la ostia que me soltó. Desde entonces no hemos cruzado una palabra y no me quiero arriesgar a que trate de cruzarme, otra vez, la cara.

Todo el rollo ha terminado después de dos horas. No me he relajado pero he salvado mi honor de marido y ejercitado la imaginación.

Luego, por fin, he sido libre de irme a jugar con los críos a una sala de juegos guapísima. Había unas pelotas de casi un metro de diámetro, era alucinante lanzárselas a los críos y ver como se quedaban incrustados en ellas contra la pared. También he aplastado (deportivamente) a un crío jugando a los tazos. Era la primera vez que jugaba a eso y no sabía que era tan bueno.

Luego he tratado de meterme en una piscina de bolas de colores pero me han pillado y lo he tenido que dejar para otra sesión de terapia. La próxima vez me llevo a mi niña y con la excusa de cuidarla paso de relajaciones y me quedo en la sala de juegos. Lo mismo le meten mano a mi mujer, pero lo que me voy a divertir jugando con los críos con tantos juguetes lo compensa de sobra. Hay colchonetas, caballos de madera, la piscina de bolas, ... y dos voluntarias que cuidan de los críos ;)

03 marzo 2006

Solo átomos...

Hace concretamente 21 años, 7 meses, 19 días, 4 horas y 31 minutos con 23 segundos, mientras cuidaba 9 cabras, 1 macho y 3 cabritos en un bancal por encima del cortijo donde vivía tomé conciencia de que somos simplemente una maravillosa conjunción de átomos.

"Polvo somos y en polvo nos convertiremos". Nosotros nos iremos pero eso a los átomos no les importa, ellos seguirán aquí, en un animal, la vecina del tercero, una planta o una maceta de barro.

Hay algo mágico y trágico en eso, pero no es eso lo que quería contarles.

De esas conjunciones de átomos hay algunas podridas que se podían haber ahorrado el trabajo de conjuntarse. Es el caso de una hija de puta que estoy empezando a odiar de oídas.

Aunque solo sea por inocente y por probar, cuando me cruce con ella, le soplaré a ver si por un casual sus átomos se desunen y la volatilizo. Tengo pocas esperanzas, la mierda apelmaza mucho.

Solo espero que por su bien, los átomos no tengan memoria. Tiene que ser muy jodido recordar durante una eternidad a esta hija de puta.