23 mayo 2008

El grano rumano

Hoy he compartido una cola con unas chicas rumanas. Como era larga me entretuve en mirar, una cosa que ando extrañando desde hace años. Aparte de que una de ellas que tenía un bebe era muy guapa, me he quedado ensimismado mirándole a otra un grano que tenía en el canalillo de las tetas. El grano me ha llevado al racismo.

Es estúpido tener afinidad o simpatía con alguien por la aleatoria razón de haber nacido con nuestro color, religión o terruño pero sin embargo es mas injustificable no hacerlo por ser el otro lo contrario a nosotros.

El grano de la rumana era tan cercano, tan familiar, tan mío; que al final he descubierto que yo era uno con ese grano, y a través del mismo con la chica. Me puedo matar leyendo filosofía o sociología para intentar comprender lo que ese simple y casi ridículo grano me ha dicho en unos segundos.

Es absurdo el racismo, pero también de subnormales. Era mas sencillo tener afinidad con ese grano que con un imbécil con mala leche o un tipo que no se lavaba en días que andaban en la cola. Poco importaba que fuesen de mi pueblo toda la vida.