06 noviembre 2005

La educación de mi hija

Tengo una niña de 11 meses.
La estoy disfrutando hasta el agotamiento, pero ya llevo unos meses preocupado. Cada día la sociedad nos secuestra los críos antes. Ya estoy temiendo el momento en que me la quiten y me la hagan adepta de la falsa y adocenada rebeldía de turno.

Por ello llevo trabajando algún tiempo su educación. Tiene su manta de juego en mi estudio. En ella se dedica a reconocer y pasar de cada juguete nuevo que termina llegando, yo no sé ni como, a su poder. Aprovechando eso le he puesto a su lado, en la parte baja de la estantería, una pequeña selección de libros.
Neruda, Kafka, Tagore, Tolstoi, Orwell, Rousseau, Nietzsche, Erich From, Huxley, Unamuno, Benedetti, Catulo, ... Bueno, para no aburrir, esa clase de libros que uno puede permitirse en la universidad siendo un triste becario. Por suerte mi poder adquisitivo me mantenía alejado de las librerías que no fueran de viejo y su desconcertante ruido de papel.

Para que no penséis mal, he de decir que también le he puesto un libro de un tal Cesar Vidal ("Los Masones"). Estoy muy orgulloso de ella, a sus 11 meses ya sabe reconocer la mierda y jamás ha tocado ese libro. Para no tentar la suerte en la próxima merienda en el campo me lo llevaré para encender la barbacoa.

Creo que su educación marcha bien, aunque últimamente se ha encaprichado mucho con "El viejo y el mar" de Hemingway, ya se ha comido casi pagina y media de él. Tampoco me preocupa mucho, no es mala selección y seguro que será una fijación pasajera.
Por ahora no pierdo la confianza en ella, parece que va enfocando bien su auto-educación. Últimamente hasta se atreve con "Nana" de Zola en versión original. Para ser sincero, he tratado de influenciarla un poco con "El miedo a la libertad" de Fromm. No he tenido mucho éxito, por lo visto los libros con tapas duras no le gustan mucho, le cuesta mucho abrirlos para comerse sus hojas. Trataré de buscarlo en versión de bolsillo que para eso es mi hija y tengo derecho a condicionarla antes de perderla.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

tampoco estaria mal que se comiera un par de paginas del libro de César Vidal, porque asi lo devolvería al mundo como lo que es: caca.
me gusta el post, muy bueno.
por cierto, no me ibas a pedir en matrimonio? si ya tienes una hija, me lo tendré que pensar, eh? que yo soy muuuuyyy egosita.
saluditos

7/11/05 3:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me atrevo a recomendarte que la rodees tambien de buena musica o si quiera de musica, eso le daré ritmo en la vida.

7/11/05 5:34 p. m.  
Blogger NadieCron said...

Chupi no seas cruel, acaba de pasar la gripe, no creo que pudiera digerir eso.
En lo del matrimonio, siempre podemos hacernos budistas y apalabrarnos una próxima vida. Lo malo es que alguno de nosotros se re-encarne en lechuga o algo así. El sexo con vegetales no tiene que ser muy allá.

Sobre la música, lo tengo crudo. Tengo un oído enfrente del otro, se me da fatal. De hecho con 5 meses me puse a cantarle la canción de "Marco" y en "mi mono Aurelio y yo..." me miró muy seria y me hizo una pedorreta. Te juro que esto es verdad, nos dejó helados y a mí traumatizado para los restos, ahora recién estoy recuperando la confianza y vuelvo a cantarle de vez en cuando.

7/11/05 6:21 p. m.  

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