07 noviembre 2005

Cada uno cargamos con nuestros muertos (I/III)

A modo de introducción (y sin que sirva de precedente) ...

Cada uno cargamos con nuestros muertos, desconocidos, conocidos y conocibles.

Yo arrastro generaciones de ateos conversos. Tengo en los huesos masas de viudas y huérfanos.
Ningún bebe puede empezar cuando es el legado de una genealogía de pobres sin nombre. Nace con la sangre envenenada de sudor y lágrimas.

Ellos están siempre ahí, implorantes exigiéndote que vivas. No les valen las medias vidas, las casi vidas, te quieren toda la vida, para ti ... para ellos.

Caminar con y sobre huesos ajenos no tiene impunidad.

Entre ellos se evapora una abuela que nunca tuve ...