26 noviembre 2005

La grandeza de la sociedades

Creo que en esto de definir la grandeza de un pueblo siempre nos hemos equivocado. Y nos hemos equivocado porque hemos partido de patrones erróneos. Siempre se ha valorado una sociedad por la grandeza de sus construcciones, la supremacía de su religión, su número de victorias y las dimensiones de sus fronteras. ¡Estúpido error! La grandeza de una sociedad debería medirse en base a su átomo mas pequeño: la persona. Tomado ese punto de partida; habría que determinar que hace "grande" su vida. Yo pienso que es la cantidad de felicidad que disfruta durante la misma. Eso elevado al nivel grupal nos descubre que; una sociedad es grande en función de la proporción de sus componentes que hace felices.

Los patrones usados comúnmente, basados todos en el poder, se mueven en orden inverso a esa proporción de seres felices. Cuanto mas grandes son, a menos personas satisface. Tan solo una reducida proporción de la sociedad se beneficia de esa grandeza, y en la mayoría de las ocasiones lo hace engrandeciéndole el ego y las perversiones.

Haciendo este revisionismo histórico, podemos concluir que el mundo faraónico, Babilonia, los romanos, el medievo cristiano cuajado de catedrales, el mundo Maya, y tantos otros, fueron sociedades nefastas. Las sociedades mas grandes de la historia han sido las polinesias, y tal vez las siguen las de algunas polis griegas. Y pongo a los clásicos por detrás de los hawayanos pre-misioneros, porque esta por demostrar que la grandeza de un pueblo se debe medir por la cantidad y sutileza de sus ideas y no por la frecuencia y calidad de sus polvos. Si es cierto que somos robots programados por nuestras neuronas para que ellas consigan la inmortalidad, seguramente sirve mejor a su propósito que pensemos poco y follemos mucho.

En la actualidad, puesto a buscar sociedades modélicas, me inclino por los países del norte-norte: Canadá, Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia... Su proporción de átomos felices es envidiable. Posiblemente a eso ayude a que el frío hace que la gente salga menos y eso genere una sociedad de distancias cortas que reduce la vanidad y neutraliza a los cabrones. En el otro extremo, considerando exclusivamente los países euro-occidentales del norte, se encuentran los USA. Sus dimensiones, su poder y sus construcciones tocándoles los huevos a "My Good", no ayuda a que sus integrantes sean mas felices. Las personas, el mínimo común denominador de su sociedad, están consumidos por la ansiedad de la vanidad y el poder. ¡Por desgracia!, eso es contagioso.