14 enero 2006

Amor, no me digas LOCO

Cariño no me digas mas veces LOCO. Ya lo sé, estoy loco y es como quiero estar. Pero no me mires así... No te tiene que dar miedo, la vida es demasiado breve para sentir inquietud por eso.

No ves que siempre fui normal y formal. ¿Y de qué me sirvió?

Por formalidad, acepté trabajar desde los ocho años. Siempre estuve trabajando las tierras de otros. Luego pasé a trabajar en fábricas. Nunca quise sobresalir y cumplí católicamente con mis 10 horas de trabajo (y a veces más) y jamás le falté a mis amos. Al final, tras el accidente, me echaron como a un perro engañándome con la indemnización...

Me casé por no contrariar a mis padres con una mujer que yo no quería y que no me quería. Eso no cambió. Siempre nos mantuvimos dentro de la normalidad para no dar espectáculos en el pueblo. Siempre mantuvimos las formas hasta en la cama. Pero todas las noches nos dábamos el culo para llorarnos las vidas que nos robaron...

Como buen padre, me quité el pan de mi boca para dárselo a mis hijos. Trabajé como un esclavo para darles los estudios y el tiempo que yo no tuve. Y ahora ellos me aparcan aquí...

Soy un loco porque ya me cansé de ser normal. Eso solo me trabajo desgana por la vida y mucho trabajo.

Por eso, cariño, no me digas que estoy loco por colarme en tu habitación en plena noche. Por olvidarme de mi medicación... que nos podrían hacer a los ochenta años: ¿echarnos del asilo? No lo creo amor mío... no te asustes de mi locura, nunca estuve tan cuerdo... atrévete a ser mi loca...